La grandeza de Dios: Salmos 145:4
¡Qué privilegio es poder estar nuevamente aquí, compartiendo la Palabra de Dios! Hoy quiero enfocarnos en un versículo muy especial, que se encuentra en el libro de los Salmos, capítulo 145, versículo 4. Permítanme leerlo en voz alta:
«Salmos 145:4 dice así: ‘Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos’.»
Este versículo es una hermosa declaración de alabanza y adoración hacia nuestro Dios. Nos enseña que debemos ser testigos y portavoces de las maravillas que Él ha hecho y sigue haciendo en nuestras vidas. Es un llamado a compartir con las generaciones futuras las obras poderosas de nuestro Señor.
Es importante destacar que el salmista menciona que «generación a generación» celebrará y anunciará las obras de Dios. Esto nos muestra que la responsabilidad de transmitir la fe y el testimonio de Dios no se limita a una sola generación, sino que es un legado que debemos pasar de padres a hijos, de abuelos a nietos, y así sucesivamente.
Queridos hermanos y hermanas, ¿qué estamos haciendo para celebrar y anunciar las obras de Dios? ¿Estamos compartiendo con entusiasmo lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas? Es fundamental recordar que nuestras experiencias con Dios tienen un propósito más allá de nosotros mismos. No debemos guardarlas solo para nosotros, sino compartirlas con otros.
Nuestro testimonio puede impactar profundamente en la vida de aquellos que nos rodean. Al contarles cómo Dios nos ha sanado, restaurado, provisto y transformado, podemos animarlos y fortalecer su fe. Asimismo, al compartir las obras poderosas de Dios con las generaciones futuras, les estamos dando una razón para confiar en Él y seguir sus caminos.
No importa cuán jóvenes o mayores seamos, tenemos la responsabilidad de celebrar y anunciar las obras de Dios. A través de nuestras palabras y acciones, podemos mostrarle al mundo quién es nuestro Dios y cómo Él ha sido fiel a lo largo de la historia. No dejemos que la incredulidad o la indiferencia nos detengan, sino que avancemos con valentía y determinación, proclamando las maravillas de nuestro Señor.
Hermanos, el Señor nos ha dado el privilegio de ser sus embajadores en la tierra. Somos llamados a ser sus manos y sus pies en un mundo que necesita desesperadamente conocer su amor y su poder. No subestimemos el impacto que nuestras palabras y acciones pueden tener en la vida de otros. Siempre recordemos que, a través de nuestras vidas, Dios puede manifestar su gloria y su gracia.
En conclusión, el versículo de hoy nos recuerda que debemos celebrar y anunciar las obras de Dios de generación en generación. No permitamos que este legado se pierda, sino que nos esforcemos por transmitirlo a aquellos que vendrán después de nosotros. Pidamos al Señor sabiduría y oportunidades para compartir Su amor y Sus maravillas con aquellos que nos rodean.
Que nuestro testimonio sea un reflejo del poder y la bondad de nuestro Dios. Que nuestras palabras y acciones inspiren a otros a buscarle y confiar en Él. Recordemos siempre el llamado que tenemos como hijos de Dios: celebrar y anunciar sus obras poderosas.
«Salmos 145:4 dice así: ‘Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos’.»
¡Que Dios les bendiga y les inspire a compartir Su amor y Sus maravillas con el mundo!
[Salmos 145:4]