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El anhelo del corazón: Salmos 27:4 nos revela el deseo supremo


Salmos 27:4 en la versión Reina Valera de la Biblia dice: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo».

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes la belleza y la inspiración que podemos encontrar en este versículo de los Salmos. Salmos 27:4 nos habla de la pasión y el deseo de estar en la presencia de Dios. Es una invitación a buscar a Dios con todo nuestro corazón y a experimentar su gloria en nuestras vidas.

En primer lugar, debemos enfocarnos en la primera parte del versículo: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré». Aquí vemos la determinación y la firmeza de David al buscar a Dios. Él no pide muchas cosas, sino una sola: la presencia de Dios en su vida. David entiende que nada más importa si no tiene a Dios a su lado. Esta es una lección valiosa para nosotros hoy en día, vivimos en un mundo lleno de distracciones y tentaciones, pero debemos recordar que nuestra principal búsqueda debe ser la presencia de Dios.

La segunda parte del versículo nos dice: «que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida». David anhela estar en la casa de Dios, quiere estar en su presencia constantemente. Esto nos muestra su amor y devoción por Dios. Él comprende que solo en la presencia de Dios puede encontrar verdadera felicidad y satisfacción. No se trata solo de asistir a la iglesia los domingos, sino de buscar la presencia de Dios todos los días de nuestra vida.

¿Qué significa para nosotros estar en la casa de Dios? No se trata solo de un edificio físico, sino de estar en comunión con Dios. Es buscar su presencia, adorarle, estudiar su Palabra y vivir de acuerdo a sus mandamientos. Es estar en sintonía con el Espíritu Santo y dejarnos guiar por Él en todas nuestras decisiones. Es buscar a Dios en todo momento y en todas las circunstancias.

La tercera parte del versículo nos dice: «para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo». Cuando estamos en la presencia de Dios, podemos contemplar su belleza y su gloria. Podemos experimentar su amor y su paz que trascienden todo entendimiento. Pero también podemos inquirir en su templo, buscar su sabiduría y dirección para nuestras vidas. Dios nos invita a acercarnos a Él con todas nuestras preguntas, dudas y preocupaciones. Él está dispuesto a escucharnos y a responder nuestras oraciones.

Queridos hermanos y hermanas, hoy les animo a poner en práctica las enseñanzas de Salmos 27:4 en nuestras vidas. Busquemos a Dios con todo nuestro corazón y anhelemos estar en su presencia todos los días. No permitamos que las distracciones del mundo nos aparten de nuestra principal búsqueda: la presencia de Dios. Dediquemos tiempo para adorarle, estudiar su Palabra y buscar su dirección en todo momento. Permitamos que su belleza y su gloria transformen nuestras vidas y nos llenen de gozo y paz.

Recordemos siempre las palabras de Salmos 27:4: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo». Que estas palabras sean nuestro anhelo y nuestra guía en nuestra búsqueda de Dios.

Que Dios les bendiga abundantemente.

Salmos 27:4: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo».