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Engañoso es el corazón: la advertencia bíblica que no debes ignorar


Engañoso Es El Corazon Versiculo

¡Saludos, queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy, quiero compartir una verdad poderosa y transformadora que se encuentra en la Palabra de Dios. En Jeremías 17:9, encontramos el versículo que dice: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17:9, Reina Valera).

El corazón humano es un misterio profundo. A menudo, pensamos que conocemos nuestras propias intenciones y deseos, pero la realidad es que nuestro corazón puede engañarnos. Es fácil caer en la trampa de nuestros propios pensamientos y emociones, creyendo que estamos haciendo lo correcto cuando en realidad estamos siguiendo nuestros propios deseos egoístas.

Dios nos advierte en Su Palabra sobre la engañosa naturaleza del corazón humano. No debemos confiar en nuestras propias percepciones y razones, sino en la sabiduría y guía del Señor. Nuestro corazón puede ser un terreno fértil para el pecado y la maldad si no lo entregamos completamente a Dios.

El apóstol Pablo escribió en Romanos 7:18-19: «Porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago» (Romanos 7:18-19, Reina Valera). Incluso el apóstol Pablo, un hombre piadoso y lleno del Espíritu Santo, reconocía la lucha interna entre su deseo de hacer el bien y su inclinación hacia el mal.

¿Cómo podemos vencer esta engañosa naturaleza de nuestro corazón? La respuesta se encuentra en nuestra relación con Dios. Cuando entregamos nuestras vidas a Jesús y permitimos que Él sea el Señor de nuestro corazón, Él nos transforma por completo. El apóstol Pablo escribió en 2 Corintios 5:17: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17, Reina Valera).

Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, Él nos da un nuevo corazón. Ya no somos esclavos de nuestros propios deseos pecaminosos, sino que somos hijos de Dios, llamados a vivir una vida en obediencia a Su Palabra. Dios nos promete en Ezequiel 36:26: «Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne» (Ezequiel 36:26, Reina Valera).

Cuando permitimos que Dios transforme nuestro corazón y lo alineemos con Su voluntad, experimentamos una vida llena de paz, gozo y propósito. No somos más esclavos de nuestras propias pasiones y deseos, sino que somos libres para vivir una vida que honra y glorifica a Dios.

Sin embargo, debemos estar en guardia constantemente contra las tentaciones y los engaños de nuestro corazón. Satanás está siempre al acecho, deseando desviarnos del camino de la verdad y la rectitud. Pero, como creyentes en Cristo, tenemos el poder del Espíritu Santo en nosotros para resistir las tentaciones y vencer la engañosa naturaleza de nuestro corazón.

En Efesios 6:10-11, el apóstol Pablo nos exhorta: «Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo» (Efesios 6:10-11, Reina Valera). A través de la oración, la lectura de la Palabra de Dios y la comunión con otros creyentes, podemos permanecer firmes en nuestra fe y resistir las trampas del enemigo.

Queridos hermanos y hermanas, no subestimemos la engañosa naturaleza de nuestro corazón. No confiemos en nuestras propias fuerzas y entendimiento, sino en la sabiduría y guía de Dios. Entreguemos nuestro corazón a Jesús, permitiendo que Él lo transforme y lo dirija en todos los aspectos de nuestra vida.

Que este versículo de Jeremías 17:9 sea un recordatorio constante para nosotros de la necesidad de depender completamente de Dios y de someter nuestros deseos y pensamientos a Su voluntad. Encomendemos nuestro corazón al Señor y permitamos que Él sea el guardián y el director de nuestras vidas.

«Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17:9, Reina Valera). Que este versículo nos inspire a buscar la verdad en la Palabra de Dios y a vivir una vida que refleje Su amor y gracia en todo lo que hacemos. Que el Señor nos guíe y nos fortalezca mientras caminamos junto a Él, confiando en Su poder y fidelidad.

¡Que Dios les bendiga ricamente, amados hermanos y hermanas!

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