Ni Plaga Tocará Tu Morada: Encuentra Paz y Protección en Dios
Hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero recordarles una promesa poderosa que Dios nos ha dado. Una promesa que nos llena de esperanza y nos brinda paz en medio de cualquier circunstancia. Esta promesa se encuentra en el libro del Salmo 91, versículo 10, y dice: «Ni plaga tocará tu morada».
Cuando leemos estas palabras, podemos sentir el amor y la protección de nuestro Padre celestial. Es un recordatorio de que no importa cuán difíciles sean los tiempos que enfrentemos, Dios está con nosotros y Él nos guarda. Ni plaga alguna podrá entrar en nuestro hogar, en nuestro lugar de refugio, porque estamos bajo la cobertura de su amor y poder.
En estos tiempos de incertidumbre y miedo, es vital aferrarnos a esta promesa. No importa cuán amenazante parezca la situación, debemos recordar que nuestro Dios es más grande. Él es el Dios todopoderoso que nos guarda y nos protege. No debemos permitir que el temor nos consuma, sino que debemos confiar en la fidelidad y el poder de Dios.
Cuando enfrentemos dificultades, enfermedades o situaciones peligrosas, debemos recordar repetidamente esta promesa: «Ni plaga tocará tu morada». Es un escudo de protección que nos envuelve y nos da la certeza de que Dios está cuidando de nosotros. No importa qué suceda a nuestro alrededor, su presencia nos rodea y nos guarda.
Pero, ¿cómo podemos experimentar esta promesa en nuestra vida diaria? La respuesta es simple: manteniendo una relación cercana con Dios. La Biblia nos enseña que aquellos que confían en el Señor, que hacen de Él su refugio, encontrarán descanso y protección. Debemos buscar su presencia a través de la oración, la lectura de su Palabra y la comunión con otros creyentes.
Cuando nos acercamos a Dios y depositamos nuestra confianza en Él, encontramos paz en medio de la tormenta. Podemos enfrentar cualquier desafío sabiendo que Dios está a nuestro lado. Él es nuestro defensor y nuestro amparo en los momentos de dificultad. No importa cuán fuerte sea la plaga que amenaza, Dios es más poderoso y nos guarda en su amoroso abrazo.
Además, debemos recordar que nuestra protección no es solo física, sino también espiritual. Satanás, nuestro enemigo, busca constantemente destruirnos y alejarnos de Dios. Pero cuando estamos bajo la cobertura de la promesa divina de «Ni plaga tocará tu morada», somos protegidos de los ataques del enemigo. Nada podrá separarnos del amor de Dios y de su cuidado constante.
Queridos hermanos y hermanas, no importa cuán difícil sea la situación que enfrentes en este momento, te animo a confiar en Dios y en su promesa de protección. Permítele ser tu refugio y tu fortaleza. No te dejes llevar por el temor, sino que aférrate a la fe y a la seguridad que solo Él puede darnos.
Recuerda que «Ni plaga tocará tu morada». Repite estas palabras en tu mente y en tu corazón tantas veces como sea necesario. Deja que la promesa de Dios sea una fuente de esperanza y seguridad en medio de cualquier circunstancia. Confía en su amor y en su poder, y verás cómo Él te guarda y te protege en todos los aspectos de tu vida.
Que esta promesa sea un recordatorio constante de que Dios está contigo y que tienes su protección divina. No importa cuán grande sea la plaga que amenaza tu vida, Dios es más grande y Él te guarda. Descansa en su amor y encuentra paz en medio de la tormenta.
Ni Plaga Tocará Tu Morada.
– Salmos 91:10 (Reina Valera 1960)