No Somos De Este Mundo Versículo: Vivir en el Mundo pero no ser del Mundo
Introducción:
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero hablarles sobre un versículo bíblico que nos recuerda nuestra identidad como creyentes en Jesús. El versículo al que me refiero es «No somos de este mundo» (Juan 17:16). Esta poderosa declaración nos anima a vivir en el mundo pero no ser del mundo. Permítanme explorar más a fondo este versículo y cómo podemos aplicarlo en nuestras vidas diarias.
El desafío de vivir en el mundo:
Como cristianos, estamos llamados a vivir en el mundo, interactuar con las personas y ser una luz en medio de la oscuridad. Sin embargo, este mundo en el que vivimos está lleno de tentaciones, pecado y corrupción. A menudo somos bombardeados con mensajes contrarios a nuestros valores y principios cristianos. Es fácil caer en la trampa de conformarnos con el estilo de vida del mundo y olvidarnos de nuestra verdadera identidad en Cristo.
La llamada a la separación:
Afortunadamente, Jesús nos recordó en su oración que no somos de este mundo. Él nos llamó a separarnos de las influencias negativas y a vivir de acuerdo con los principios de su Reino. En Juan 17:14-16, Jesús oró diciendo: «Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.»
Nuestro propósito en el mundo:
Aunque no somos del mundo, eso no significa que debemos aislarnos o negarnos a participar en la sociedad. Por el contrario, debemos ser sal y luz en un mundo que necesita desesperadamente el amor y la gracia de Dios. Nuestro propósito en el mundo es mostrar el carácter de Cristo a través de nuestras acciones, palabras y actitudes. Debemos amar a nuestros vecinos, perdonar a nuestros enemigos y ser ejemplo de integridad y bondad.
La transformación de nuestra mente:
Para vivir en el mundo pero no ser del mundo, debemos permitir que Dios transforme nuestra mente. Romanos 12:2 nos dice: «No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.» Necesitamos renovar nuestra mente a través de la lectura y meditación en la Palabra de Dios, para que podamos discernir lo que es agradable a Él y resistir las tentaciones del mundo.
El poder del Espíritu Santo:
Para vivir como verdaderos hijos e hijas de Dios en este mundo, necesitamos depender del poder del Espíritu Santo. En Hechos 1:8, Jesús prometió: «Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra.» El Espíritu Santo nos capacita para vivir una vida sobrenatural, venciendo las luchas y tentaciones del mundo con la gracia y el poder de Dios.
Conclusion:
Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre que no somos de este mundo. Aunque vivamos en él, nuestro hogar verdadero está en el Reino de Dios. No permitamos que el mundo nos defina ni nos arrastre a sus patrones pecaminosos. En cambio, vivamos de acuerdo con la voluntad de Dios, demostrando su amor y gracia a todos los que nos rodean.
No somos de este mundo, pero hemos sido llamados a ser la luz del mundo. Permitamos que nuestras vidas reflejen la gloria de Dios, mostrando al mundo un amor y una esperanza que solo se encuentran en Jesús. Que nuestras palabras, acciones y actitudes sean testimonio de nuestra verdadera identidad en Cristo. ¡Vivamos en el mundo pero no seamos del mundo, para la gloria de Dios!
No Somos De Este Mundo Versículo. No Somos De Este Mundo Versículo. No Somos De Este Mundo Versículo.