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Protección divina en Salmos 119:115: ¡Apártate, malhechores!


Los Salmos 119:115 nos enseñan: «Apartaos de mí, malignos, y guardaré los mandamientos de mi Dios». Esta poderosa declaración nos muestra la determinación de un creyente en seguir los caminos de Dios a pesar de las adversidades y las tentaciones que pueden surgir en el mundo. Estas palabras son un recordatorio de la importancia de mantenernos firmes en nuestra fe y alejarnos de todo lo que nos aleje de la voluntad de Dios.

En nuestro caminar cristiano, a menudo nos encontramos con personas y situaciones que intentan apartarnos de nuestro camino de fe. Estas pueden ser influencias negativas, malas compañías o incluso nuestros propios deseos pecaminosos. Sin embargo, el salmista nos exhorta a alejarnos de todo lo maligno y a mantenernos firmes en los mandamientos de Dios.

Es fácil ceder a las tentaciones y a las presiones del mundo que nos rodea. A veces, puede parecer que todos a nuestro alrededor están siguiendo un camino diferente y que somos los únicos que nos esforzamos por vivir una vida de acuerdo con los principios bíblicos. Pero, en medio de todas esas voces que nos instan a apartarnos de Dios, debemos recordar la importancia de mantenernos fieles a sus mandamientos.

Nuestro objetivo como creyentes debe ser buscar la voluntad de Dios en todo momento y en todas las circunstancias. Esto significa apartarnos de todo lo que nos aleje de Él y mantenernos enfocados en su Palabra. El salmista nos dice que si nos apartamos de lo maligno, seremos capaces de guardar los mandamientos de Dios.

Los mandamientos de Dios son nuestro manual de instrucciones para la vida. En ellos encontramos sabiduría, dirección y protección. Al guardar los mandamientos de Dios, estamos demostrando nuestra obediencia y amor hacia Él. Nuestra obediencia a sus mandamientos es una forma de adoración y una expresión de nuestra fe.

Es importante tener en cuenta que apartarse de lo maligno no solo implica evitar las cosas obviamente malas, como el robo o el asesinato. También implica apartarnos de actitudes y comportamientos que no son de acuerdo con los principios bíblicos, como el odio, la envidia o la falta de perdón. Al apartarnos de estas cosas, estamos permitiendo que el Espíritu Santo obre en nosotros y nos transforme a la imagen de Cristo.

En momentos de tentación, debemos recordar las palabras de los Salmos 119:115 y tomar la decisión consciente de apartarnos de lo maligno. Es en estos momentos en los que debemos buscar la fortaleza en Dios y confiar en su gracia para resistir las tentaciones. Él nos promete que no seremos tentados más allá de lo que podamos soportar y que nos dará una salida (1 Corintios 10:13).

En conclusión, los Salmos 119:115 nos recuerdan la importancia de apartarnos de lo maligno y guardar los mandamientos de Dios. Mantenernos firmes en nuestra fe y obedecer a los mandamientos de Dios no siempre será fácil, pero es un camino que nos llevará a una vida de bendición y plenitud en Él. Que estas palabras nos inspiren a buscar la voluntad de Dios en todo momento y a apartarnos de todo lo que nos aleje de Él.