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¡Salmos 20:1-5! Recibe bendiciones celestiales hoy


Salmos 20:1-5 (RVR 1960)

«1 Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
2 Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.
3 Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah
4 Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.
5 Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones.»

Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo. Hoy, quiero compartir con ustedes una porción del libro de Salmos que nos llena de esperanza y nos recuerda la fidelidad de nuestro amado Dios. Salmos 20:1-5 es un pasaje que nos invita a confiar en el Señor en medio de los tiempos difíciles y nos asegura que Él escucha nuestras oraciones y nos sostiene en cada situación.

En primer lugar, el versículo 1 nos dice: «Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda.» Qué hermosa promesa nos da el Salmo 20:1. Cuando enfrentamos tiempos de conflicto, luchas y dificultades, podemos tener la certeza de que Dios nos escucha y está dispuesto a defendernos. Él es el Dios de Jacob, el Dios que cuida y protege a su pueblo. No importa cuál sea la situación que estemos enfrentando, podemos confiar en que Él está con nosotros y nos dará la victoria.

En el versículo 2, encontramos otra promesa poderosa: «Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.» Nuestro Dios no solo nos escucha, sino que también nos envía ayuda desde su santuario. Él nos sostiene y nos fortalece en medio de nuestras debilidades. No estamos solos en nuestras batallas, porque Él está con nosotros. Cuando nos encontramos en momentos de necesidad, podemos acudir al Señor en oración y confiar en que Él nos dará la ayuda que necesitamos.

El versículo 3 nos recuerda que Dios no se olvida de nuestras ofrendas y sacrificios: «Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto.» Nuestros actos de adoración y entrega a Dios no pasan desapercibidos. Él los recuerda y los acepta. Cada vez que ofrecemos nuestro corazón y vida a Dios, Él lo recibe con agrado. Que esta verdad nos anime a seguir sirviendo al Señor con gozo y entrega total.

El versículo 4 nos dice: «Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.» Nuestro Dios es un Dios de deseos cumplidos. Él conoce nuestros anhelos más profundos y tiene el poder para cumplirlos. Cuando nuestros deseos están alineados con la voluntad de Dios, podemos confiar en que Él los hará realidad. Que este versículo nos motive a buscar la voluntad de Dios en todo momento y a confiar en que Él nos dará lo mejor según su sabiduría.

Finalmente, el versículo 5 nos invita a regocijarnos en la salvación de Dios: «Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones.» La salvación que Dios nos ha dado a través de Jesucristo es motivo de gozo y celebración. Podemos alzar nuestro estandarte en el nombre de nuestro Dios, proclamando su fidelidad y amor. Y podemos confiar en que Jehová responderá todas nuestras peticiones, según su perfecta voluntad.

Hermanos y hermanas, en medio de los desafíos y pruebas que enfrentamos en la vida, recordemos siempre las palabras de Salmos 20:1-5. Confíemos en que Dios nos oye, nos defiende, nos envía ayuda, se acuerda de nuestras ofrendas, cumple nuestros deseos y nos llena de alegría en su salvación. Que estas promesas nos fortalezcan y nos animen a seguir confiando en nuestro amado Señor.

Salmos 20:1-5 (RVR 1960)

«1 Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
2 Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.
3 Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah
4 Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.
5 Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones.»

Que estas palabras del Salmo 20:1-5 llenen nuestros corazones de fe y confianza en el Señor. Amén.