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Salmos 78: Un recorrido cautivador por la historia y enseñanzas divinas


Salmos 78: ¡Un llamado a recordar y transmitir la grandeza de Dios!

¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una porción maravillosa de las Escrituras, el Salmo 78. Este salmo nos invita a reflexionar sobre la importancia de recordar y transmitir la grandeza de Dios a las generaciones futuras. En un mundo lleno de distracciones y olvidos, este llamado a la memoria es más relevante que nunca.

El Salmo 78 comienza diciendo: «Inclinaré mi oído a una parábola; abriré mi enigma con el arpa» (Salmos 78:2). El salmista se dispone a contar una historia, una parábola, que contiene un profundo mensaje espiritual. Nos invita a prestar atención y a abrir nuestros corazones a la enseñanza que se nos ofrece.

Esta parábola que se nos presenta en el Salmo 78 es una lección de la historia de Israel y su relación con Dios. El salmista nos recuerda cómo Dios obró maravillas en medio de su pueblo, liberándolos de la esclavitud en Egipto, guiándolos por el desierto y proveyéndoles alimento y agua. Sin embargo, también nos muestra cómo el pueblo de Israel olvidó rápidamente estas maravillas y desobedeció los mandamientos de Dios.

Es interesante notar cómo el salmista destaca la importancia de no olvidar las obras de Dios. En el versículo 4, nos dice: «No lo encubriremos a sus hijos, contaremos a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo» (Salmos 78:4). Aquí vemos un llamado claro a transmitir de generación en generación el testimonio de las maravillas de Dios.

Hermanos y hermanas, esta exhortación no es solo para los padres y abuelos, sino para todos nosotros como miembros del cuerpo de Cristo. Todos tenemos la responsabilidad de compartir las obras de Dios con aquellos que nos rodean, especialmente con las generaciones más jóvenes. Nuestros hijos, nietos y aquellos que vendrán después de nosotros necesitan escuchar y conocer la grandeza de Dios.

Así como el salmista menciona repetidamente en el Salmo 78, recordar y transmitir las obras de Dios no solo es una cuestión de información, sino de fe y confianza en Él. Nos dice en el versículo 7: «Para que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos» (Salmos 78:7). Al recordar y compartir las maravillas de Dios, estamos fortaleciendo nuestra fe y la fe de aquellos que nos escuchan.

Queridos hermanos y hermanas, vivimos en un mundo que a menudo parece olvidar la grandeza y el poder de Dios. Nuestro deber como seguidores de Cristo es recordar y transmitir la verdad de Su amor y gracia. No permitamos que la historia de Dios se pierda en el olvido, sino que seamos portadores de Su verdad y luz en un mundo que tanto lo necesita.

En conclusión, el Salmo 78 es un recordatorio poderoso de la importancia de recordar y transmitir las obras de Dios. Nos llama a contar las maravillas de Dios a las generaciones venideras, para que pongan su confianza en Él y guarden Sus mandamientos. Recordemos que esta tarea no es solo para unos pocos, sino para todos nosotros como creyentes. Que el Salmo 78 nos inspire a ser portadores de la verdad y el amor de Dios en un mundo que tanto lo necesita.

Que la paz y las bendiciones de Dios estén con todos ustedes. ¡Amén!

Salmos 78: «Inclinaré mi oído a una parábola; abriré mi enigma con el arpa» (Salmos 78:2).

¡Hermanos y hermanas, recordemos siempre las obras de Dios y compartamos Su grandeza con las generaciones venideras! ¡Salmos 78 nos insta a ser portadores de la verdad y el amor de Dios en un mundo que tanto lo necesita!