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¿Por qué, oh Señor, te escondes? Salmos 10:1


Salmos 10:1 (Reina Valera) «¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero hablarles sobre un sentimiento que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas: la sensación de que Dios está lejos, de que se ha escondido en medio de nuestras tribulaciones. Es en estos momentos de dolor, confusión y desesperación cuando nos encontramos clamando con todo nuestro ser: «¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?» (Salmos 10:1).

Es importante reconocer que esta pregunta no es un signo de falta de fe o incredulidad. Al contrario, es una expresión honesta y sincera de nuestras luchas y anhelos más profundos. Todos hemos pasado por momentos en los que nos sentimos abandonados por Dios, cuando nuestras súplicas parecen no ser escuchadas y nuestras lágrimas parecen caer en un vacío sin respuesta.

Pero permítanme recordarles que, aunque nuestras emociones y circunstancias pueden hacernos sentir que Dios está lejos, la verdad es que Él nunca se aleja de nosotros. Aunque no podamos entender el porqué de nuestras pruebas, Dios siempre está presente y es fiel a sus promesas. Él nos ama incondicionalmente y se preocupa por cada detalle de nuestras vidas.

Cuando nos encontramos en momentos de tribulación, es fundamental recordar quién es nuestro Dios. Él es el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Él es el Creador del universo y tiene el poder para obrar milagros en nuestras vidas. Aunque nuestras circunstancias puedan hacernos sentir desamparados, debemos aferrarnos a la esperanza de que Dios está obrando en medio de nuestras pruebas para nuestro bien y su gloria.

En el libro de Salmos, el salmista David nos muestra cómo podemos lidiar con la sensación de que Dios está lejos. En el Salmo 10:1, David expresa su dolor y confusión, pero no se queda ahí. En lugar de dejarse llevar por el desánimo, David decide reflexionar sobre la grandeza y fidelidad de Dios.

Hermanos y hermanas, cuando nos encontramos en momentos de tribulación, debemos seguir el ejemplo de David. En lugar de enfocarnos en nuestras circunstancias difíciles, debemos enfocarnos en la bondad y el poder de nuestro Dios. Recordemos sus promesas y busquemos su presencia a través de la oración y la lectura de su Palabra.

Es en estos momentos de desafío que Dios nos invita a confiar en Él más que nunca. Nos llama a depositar nuestras cargas en sus manos y a creer que Él tiene un plan perfecto para nuestras vidas. Aunque no siempre podamos entenderlo, podemos estar seguros de que Dios está obrando en cada detalle de nuestras vidas.

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuán lejos pueda parecer Dios en medio de nuestras tribulaciones, siempre recordemos que Él está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu (Salmos 34:18). Él nos ama y se preocupa por cada uno de nosotros.

Así que, en medio de tus luchas y tribulaciones, no te desesperes. Clama a Dios con todo tu ser y confía en su fidelidad. Él te escucha y te sostiene en sus brazos amorosos. Permítele ser tu refugio y fortaleza en tiempos de angustia.

En conclusión, hermanos y hermanas, aunque podamos sentir que Dios está lejos en medio de nuestras tribulaciones, debemos recordar que Él nunca nos abandona. Aunque no siempre podamos entender el propósito de nuestras pruebas, debemos confiar en la grandeza y fidelidad de nuestro Dios. Clamemos a Él con todo nuestro ser y busquemos su presencia en momentos de desafío. Él nos ama incondicionalmente y está obrando en cada detalle de nuestras vidas. Recordemos siempre las palabras del Salmo 10:1: «¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?»

Que Dios les bendiga y les dé fortaleza en todas sus luchas y tribulaciones.

Salmos 10:1 (Reina Valera) «¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?»