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Refugio divino en Salmo 34:22: ‘El Señor redime a sus siervos; no serán condenados los que en él confían’


Salmo 34:22 – Un Llamado a la Esperanza y la Fortaleza

Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo. Hoy me dirijo a ustedes con un mensaje de esperanza y fortaleza basado en el poderoso Salmo 34:22. Esta hermosa porción de las Escrituras nos invita a confiar en Dios en todo momento y nos asegura que aquellos que le pertenecen no carecerán de ninguna buena cosa.

En medio de las dificultades y pruebas de la vida, es natural que nos sintamos desanimados y desesperados en ocasiones. Sin embargo, el Salmo 34:22 nos recuerda que Dios está siempre presente y dispuesto a ayudarnos. Él es nuestro refugio seguro y nuestra fortaleza en tiempos de angustia. No importa cuán oscuro sea el valle en el que nos encontremos, podemos confiar en que Dios nos guiará y nos sostendrá.

Cuando el salmista proclama: «El mal dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados», nos está recordando que Dios es un Dios justo y que al final prevalecerá su justicia. Aunque parezca que los malvados prosperan y los justos sufren, podemos confiar en que Dios tiene el control y que su justicia prevalecerá. No debemos desanimarnos ni perder la fe, porque nuestro Dios es fiel y cumplirá sus promesas.

En estos tiempos inciertos en los que vivimos, es fácil dejarse llevar por el miedo y la preocupación. Sin embargo, el Salmo 34:22 nos insta a confiar en Dios y a no temer. Nuestro Padre celestial nos ha prometido que estará con nosotros en todo momento, incluso en las circunstancias más difíciles. Él nos sostendrá y nos dará la fuerza que necesitamos para enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestro camino.

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuáles sean las circunstancias que estén enfrentando en este momento, los animo a aferrarse a la promesa del Salmo 34:22. Confíen en que Dios está con ustedes y que no les faltará nada. Él suplirá todas sus necesidades y les dará la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Permítanme compartir con ustedes un testimonio de cómo Dios cumplió su promesa en mi propia vida. Hace algunos años, me encontraba en una situación financiera muy difícil. No sabía cómo iba a pagar mis deudas y mantener a mi familia. Sin embargo, decidí confiar en Dios y poner mi fe en acción. Me aferré al Salmo 34:22 y le pedí a Dios que me guiara y me proveyera.

A medida que perseveraba en la oración y buscaba a Dios con todo mi corazón, comencé a ver cómo Él abría puertas y proveía de maneras sorprendentes. Recibí ayuda financiera inesperada, encontré nuevas oportunidades laborales y experimenté la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Dios cumplió su promesa y suplió todas mis necesidades de acuerdo a su gloriosa riqueza en Cristo Jesús.

Hermanos y hermanas, no importa cuán desesperada sea su situación, les animo a confiar en Dios y a esperar en Él. Él es el Dios que no falla y que cumple sus promesas. Su amor y su fidelidad son inquebrantables. Si se sienten abrumados por las dificultades de la vida, recuerden el Salmo 34:22 y declaren con fe que Dios está con ustedes y que no les faltará nada.

En conclusión, el Salmo 34:22 nos recuerda que Dios es nuestro refugio seguro y nuestra fortaleza en tiempos de angustia. Podemos confiar en Él en todo momento y no temer, porque Él está con nosotros. No importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos, Dios cumplirá su promesa de suplir todas nuestras necesidades. Así que, queridos hermanos y hermanas, aférrense a la promesa del Salmo 34:22 y confíen en que Dios está con ustedes.

Que el Señor les bendiga y les guarde. Amén.

Salmo 34:22: «El mal dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados.»

Salmo 34:22: «El Señor redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían.»

Salmo 34:22: «El mal dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados.»