Conéctate Con Dios

Salmos 139:13 y 14: ¡Maravillosamente creado por Dios!


Salmos 139:13 y 14 (RV 1960): «Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una verdad poderosa y hermosa que se encuentra en el Salmo 139:13 y 14. Estos versículos nos recuerdan el increíble amor y cuidado que Dios tiene por cada uno de nosotros, desde el momento de nuestra concepción hasta el día de nuestro nacimiento.

En estos versículos, el salmista David nos habla sobre cómo Dios nos formó en el vientre de nuestras madres. Nos muestra que Dios es el autor de la vida, el diseñador perfecto, que nos creó con un propósito y un plan específico. No somos accidentes o coincidencias, sino creaciones intencionales de un Dios amoroso y misericordioso.

Cuando meditamos en la verdad de estos versículos, no podemos evitar sentir asombro y gratitud. Imagínense, amados hermanos, Dios personalmente nos formó en el vientre de nuestras madres. Él nos conoce íntimamente, incluso antes de que naciéramos. No hay detalle de nuestro ser que escape de su atención y cuidado.

En un mundo que a menudo nos dice que nuestra identidad y valor se basan en nuestros logros, apariencia o estatus social, estos versículos nos recuerdan que nuestro verdadero valor proviene de nuestra relación con Dios. No importa cómo nos vean los demás o cómo nos veamos a nosotros mismos, somos amados y valiosos a los ojos de nuestro Creador.

Es fácil caer en la trampa de compararnos con otros y sentirnos inadecuados. Pero cuando comprendemos que Dios nos formó de manera única y especial, podemos encontrar consuelo y seguridad en su amor incondicional. No importa cuáles sean nuestras apariencias físicas, habilidades o talentos, Dios nos hizo exactamente como Él quería que fuéramos.

Hermanos y hermanas, ¡somos maravillosamente hechos! Cada uno de nosotros es un testimonio de la grandeza y creatividad de Dios. No hay dos personas iguales en este mundo, y eso es algo para celebrar. Dios no se cansa de su propia obra maestra, y debemos aprender a amarnos y aceptarnos tal como Él nos ama y acepta.

Cuando nos damos cuenta de la verdad de Salmos 139:13 y 14, nuestra perspectiva cambia. Ya no nos vemos como simples seres humanos, sino como creaciones divinamente diseñadas. Ya no buscamos la aprobación y validación de los demás, sino que nos regocijamos en el amor y la aceptación de nuestro Padre celestial.

Queridos hermanos y hermanas, les animo a que mediten en estos versículos cada día. Permítanse ser recordados de que son amados y valiosos a los ojos de Dios. No importa cuáles sean las circunstancias en las que se encuentren, recuerden que Dios los formó con un propósito y un plan. Confíen en su amor y guía en cada paso que den.

A medida que concluyo este artículo, quiero recordarles una vez más la hermosa verdad de Salmos 139:13 y 14: «Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.»

Que estas palabras resuenen en su corazón y les recuerden cuán amados y valiosos son a los ojos de Dios. Que encuentren consuelo y seguridad en su amor eterno. ¡Bendiciones abundantes para todos ustedes, amados hermanos y hermanas en Cristo!

Salmos 139:13 y 14 (RV 1960): «Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.»